Llego con mi pequeño pastelito hecho a mano, el brazalete con dijes que he recolectado de momentos que han sido importantes para mi, a lo largo de lo que ha sido conocerlo, lo hice como presente de cumpleaños y toco la puerta. Después de unos minutos que me parecen eternos, en donde considero mis opciones incluida la de retirada, me abre un hombre tatuado con rastas rubias y yo me pienso dos veces antes de entrar. Miro al interior de la casa y veo una cantidad de celebridades que asustan e intimidan un poco, pero cuando pienso en retirarme lo veo, imponente como siempre, con sus 1,92 metros de estatura, su pelo rubio, sus ojos azules y su cuerpo tatuado.
Al verme me sonríe y parece como si su cara se iluminara. Puedo ver que tiene un nuevo y lujoso reloj, lo que creo que es un brazalete de marca, además que en su recorrido puedo ver una cantidad de regalos bastante numeroso. Se acerca a mi, me abraza como siempre y me dice:
-Me alegra tanto que estés acá. -Se pone a mi altura, como siempre lo hace cuando me va a abrazar y me abraza por un tiempo bastante prolongado.
-Feliz cumpleaños. -Le digo tratando de ocultar mis regalos.
-¿Qué estás ocultando ahí atrás?, ¿Son para mi? -Los nervios me hacen olvidar que es más alto que yo y puede ver lo que tengo a mi espalda.
-No es nada, un pequeña…-Me da mucha pena mi escondo en su cuello.
-Ni por un instante menosprecies lo que me has traído por mi cumpleaños. ¿Puedo cogerlo y guardarlo para abrirlo contigo más tarde?
-No es muy lujoso, es un pastelito que cocine y …
-No me arruines la sorpresa, ya podré abrirlo contigo. -Me dice, tomando los detallitos de mis manos y guiándome al interior de la casa.
-Dame unos segundos y vuelvo contigo. Si quieres entra, hay comida, algunos cocteles sin alcohol, otros con alcohol y ponte cómoda. -Me dice desapareciendo en lo que creo es la cocina.
Camino por el corredor que lleva a la sala y la verdad es que aunque quisiera, me es difícil sentirme a gusto, todos los asistentes son llamativos, músicos, cantantes, actores, personas reconocidas en sus artes y aunque se ven amables, no me siento cómoda interactaundo con ellos. Encuentro unas sillas cerca de la piscina y decido sentarme. Pongo mi chaqueta en el respaldo de la silla y pienso en como podría encajar en un mundo que no me es familiar y cuando creo que es mejor que me vaya, convencida de que no notará mi ausencia, oigo la voz de una mujer que me saluda, de hecho viene con dos platos de comida:
-Uno es para ti. -Me dice y me lo extiende. Yo lo tomo de sus manos y la ayudo a sentarse.
-Mil gracias. -Le digo. La miro a la cara y puedo ver que es hermosa, lástima que tiene un tatuaje en la frente. Tiene su pelo rubio del color de Marylin Monroe, cuando lo pienso puedo ver que es como una modelo de catálogo hermosa.
-¿Estás pensando en mi tatuaje? -Me siento un poco avergonzada y cuando la miro de nuevo puedo ver que se ríe, por lo que decido ser honesta.
-De hecho pienso en que eres muy hermosa. -Ella sonríe.
-No te traje bebidas porque me dijo Hank que no tomas licor, entonces no quería traerte algo que no fueras a disfrutar. -Yo voy a contestarle, pero me distraigo porque lanzan a quien creo que es un rapero, al fondo de la piscina.
- No les presentes atención. -Me dice llamando de nuevo mi atención.
-Es un poco difícil no hacerlo, todos son muy llamativos. -Le contesto, mientras la cabeza me da vueltas al pensar en lo poco que tenemos en común. Hank esta con ellos y lo veo sonreírme y aunque su cara se ilumina, sigo pensando en lo poco que tenemos en común.
-Pero si le miras a la cara, podrás ver que la única que logra llamar SU atención eres tú.
-Creo que debería irme. -Le digo.
-En cambio yo creo que deberías quedarte, te repito al final eres la única que importa entre los invitados.
-No lo creo, seguro que si me voy ahora no lo notará.
-¿Qué te parece si charlamos un rato?, puedo demostrarte que además de hermosa, soy muy buena conversadora.-me dice con un sonrisa encantadora.
-Además no vas a despreciar la comida que te traje.
Y en efecto lo es, nos enganchamos en una conversación súper interesante, tanto que no me doy cuenta del paso del tiempo y cuando le digo:
-Quieres que te traiga algo de tomar.
-No, eres muy amable pero de hecho creo que ya es momento de que me vaya. -Me dice poniéndose de pie. Cuando miro hacia la casa, puedo reconocer que la fiesta ha terminado y todos los que aún quedan, le están ayudando a limpiar.
-Creo que es momento de que me vaya yo también. -Le digo, mientras tomo la chaqueta de la silla, pero ella me detiene.
-Porque no te quedas, estoy segura de que Hank, ha esperado toda la fiesta para compartir contigo. -Me dice señalándolo con la cabeza. Yo volteo y lo veo mirarme, mientras se despide de lo parecen ser lo últimos invitados.
-Lo que pasa es …
-Que piensas que no encajas con su vida, pero si te das cuenta, todo es brillo y ese supuesto glamour pierde un poco de valor, cuando de cosas importantes se trata. Lo que importa permanece en el corazón, es eso que te ilumina la cara, te calienta el alma y con quienes en sus brazos te sientes en casa.
-Pero… es que me cuesta mucho. -Le digo con un poco de tristeza
-¿Estar con él?
-No, estar con él es fácil, mi problema es …
-No tienes problemas en realidad, lo que tienes es un lio en tu cabeza. ¿Puedo darte un concejo?
-Claro.
-Aunque no soy lo suficiente vieja o sabía, si he amado con todo ello corazón y aunque la cabeza es mucha ayuda en la mayoría de casos, en este… porque no te permites conocerlo un poco más.
-¿Y que duela aun más?
-Hagamos una cosa, voy a quedarme un rato en el parqueadero, si sientes que en realidad no quieres estar con él, si no te sientes cómoda o te sientes mal, sólo le dices que te quieres ir y yo estaré en el parqueadero esperándote.
-Tengo un poco de miedo.
-Y te agradezco que me lo digas, lo bonito es que tu no eres una cobarde.
-¿Me puedo unir? -Dice Hank.
-De hecho ya me iba. -Dice ella con una sonrisa.
-Te acompaño. -Dice Hank, pero ella me sonríe y le dice:
-Sé el camino a la salida y creo que has esperado toda la noche para este momento. Ahí está mi regalo de cumpleaños. -Le abraza rápido y se va.
-¿Estás bien?
-Tengo un poco de miedo
-¿Tú?, si eres la mujer más valiente que conozco.
-Al parecer no lo soy tanto.
-¿Podrías acompañarme a disfrutar del pastelito que me cocinaste? -Yo asiento con un poco de vergüenza por lo que acabo de decir y nos dirigimos a la cocina.
Cuando llegamos quita un biombo que estaba cubriendo una mesa preciosa, decorada sobriamente, en donde en el centro está el pastelito y el brazalete empacado, además de dos platos con un poco más de comida, pero en este caso, es del restaurante donde tuvimos nuestra primer cita. Me señala la silla y me invita a sentar.
-¿Puedo? -Me pregunta si puede abrir el regalo.
-Claro. -Le digo un poco retraída. Lo abre con cuidado de no romper el empaque y cuando lo ve, queda sin palabras. Lo mira con cuidado y puede ver en el una dona, por el local en donde nos conocimos; un libro de Harry Potter, por el primer libro que leímos juntos mientras él estaba en gira; un Dragón por la serie que vimos juntos y un carrusel por la cita que tuvimos en la arcada de juegos, antes de que tuviera que partir.
-Falta uno…-Me dice y me pongo a pensar, mientras el saca de su bolsillo una cajita.
-¿Cuál?
-Tu mira…-Me dice y abro la cajita en donde hay dos pequeños raviolis en dos cadenitas.
-Por la primera comida que te cocine.
-Era la primera vez que alguien cocinaba para mi, alguien que no fuera mi madre. -Me dice mientras se pone de pie para ponerme la cadenita.
-Es precioso, cuando lo tomo en la mano puedo ver que es un relicario que al abrirse dice. -Para la mujer que construye con sus manos el amor e ilumina mis días con su magia. Cuando miro está arrodillado a mi lado y me dice:
-Te quiero y eres el hogar que siempre he buscado. -Y yo entiendo con lágrimas en los ojos lo que ha dicho la mujer rubia. Su celular suena y aunque lo está ignorando yo le digo.
-Mira, a lo mejor es importante, el lo hace confundido y me dice:
-Es para ti…-Yo miro el celular y es ella:
-Ese es mi regalo para ti, como sé que no me necesitas ya me voy…Bienvenida a casa…
-Yo una vez lo leo, veo los hermosos ojos azules de Hank, lo beso y le digo:-
Bienvenido a casa.
Fin.
Nickinaihaus
Nickole Naihaus
Nickole Naihans
P.D. Quiero aclarar que es una historia de ficción producto de la creatividad mía, no pretende otra cosa que entretener al lector.
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