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Foto del escritorNickole Naihaus L

Apuesta

Actualizado: 25 jun


Entro al estudio donde está mi esposo para ver como está destruyendo los panfletos que duró más de una semana elaborando. Como no puede ser de otra manera, presiento que este será otro motivo para que peleemos, pero por los votos que pronuncié en la iglesia de Santa Bárbara, en la hermosa Santafé de Bogotá, es mi deber estar en estos momentos:

- Me quieres explicar ¿Qué estás haciendo? -Pregunto con aparente ignorancia en un tono despreocupado.

- ¿Qué se ve que estoy haciendo? -Contesta José María.

- Estimado señor Carbonell, no me acusa usted de suponer antes de preguntar, pues en este momento he preferido preguntar antes de suponer. -Le digo, recogiendo el guante que acaba de lanzarme, mientras me adentro en el estudio de mi esposo.

- Es usted una mujer muy inteligente, ha usado las palabras que antes le he dicho en mi contra. -Me contesta evadiendo darme una respuesta clara.

- Le pido no insultar mi inteligencia tratando de evadirse, por favor responda a mi pregunta. -Le replico mientras me acerco al escritorio donde estaba rompiendo los panfletos que tanto le costó dibujar.

Una vez lo tengo enfrente, su presencia me deja sin palabras por un momento, porque aunque ya llevamos varios meses casados y muchos desacuerdos, peleas y disgustos, sigue pareciendome un hombre realmente apuesto. Cuando comenzamos a salir además de galante y considerado, también era muy romántico; aun conservo varias de las cartas que me escribió mientras estuvo como  amanuense(1) de la expedición botánica (2).

Su amor por la libertad y la independencia, además de sus múltiples esfuerzos para que tengamos una administración mucho más pura, más participativa, amplia y liberal, fueron algunas de las muchas cosas que me enamoraron de él, por eso verlo dudar de una causa que es tan importante para él, para sus compañeros Ignacio de Herrera y Vergara, Antonio Ricaurte, Eduardo Pontón y Manuel García; para otros lideres como él, sus amigos Francisco José de Caldas y José Joaquin Camacho; para mí como su esposa; y para todos los que nacimos y crecimos en este hermoso país, me duele en el alma, más que cualquier pelea o desacuerdo que hayamos tenido.

- Estoy rompiendo esta basura. -Me dice con impotencia, rabia, frustración y algo de derrota, como prefiero verlo molesto conmigo antes que derrotado, le lanzo un guante.

- Muy considerado de tu parte, pero la servidumbre ya aseo las habitaciones y mañana se encargaran de limpiar lo que haya quedado de basura, que por cierto estoy segura que no es aquello que estás rompiendo. -Le digo señalando las hojas rotas, de hecho puedo ver que ha roto su columna del Diario Político.

- Esto es una apuesta sinsentido que pesa más que una condena. -Me dice mientras se deja caer en la silla agotado.

- No creo que a los chisperos (así es como les han apodado a él y sus compañeros de causa) piensen lo mismo. -Cuando voy a seguir Gloria, uno de los miembros más queridos de nuestro servicio entra a la estancia.

- Disculpen la interrupción pero me preguntaba si los señores van a cenar.

- Gloria, pierda cuidado ha llegado usted en el momento preciso, sería usted tan amable de traer papel, tinta y una pluma de mi recamara. -Le digo con una sonrisa en la cara, ella sin dudar se retira

- ¿Para qué querrías pluma, papel y tinta? -Me pregunta con curiosidad.


- Porque si mañana 20 de julio planeas agitar a las masas, deberás desplazarte por diferentes barrios y movilizar a cientos de personas hacía la Plaza Mayor, para protestar por el dominio y la tiranía que están ejerciendo sobre nosotros los criollos el Virrey Amar y Borbón. -Mientras le respondo Gloria entra con lo que le he pedido, elementos que me entrega y que yo dispongo al rededor de la mesa.

- Eso no responde mi pregunta. -Me dice mientras me ve tomar papel y tinta, con el fin de comenzar a transcribir uno de los panfletos.

- Pues que solo no vas a poder reponer todos los que has dañado.

- ¿Por qué haces esto? -Me dice extrañado, acercándose hasta donde estoy, lo que me impide sentarme.

- Porque mi deber como tu esposa es apostar por ti, incluso cuando tú has perdido la fe en ti. -Logro decirle antes de que me demuestre el amor que me escribió en miles de cartas con un beso apasionado que me llego al corazón.


Fin.



Nickole Naihaus

Nickole Naihans

Nickinaihaus


P.D. Me tomé una pequeña licencia histórica, pues en realidad doña Petrona López Duro y Álvarez del Casa se divorció del prócer en 1804, seis años antes de que José María Carbonell se involucrara en la causa revolucionaria.

P.D. (2) Quiero aclarar que es una historia de ficción producto de la creatividad mía, no pretende otra cosa que entretener al lector. Aunque si está basada en hechos históricos de la vida del prócer Jose María Carbonell.


(1) Era aquella persona que tenía la función o le oficio de copiar y pasar en limpio escritos y dictados, entre otros.

(2) La Expedición Botánica: Esta hace referencia a los viajes realizados con el fin de crear una historia natural de la Nueva Granada y un mapa del reino con su flora y sus recursos naturales. Fueron ordenados por el virrey Antonio Caballero y Góngora quien designó a José Celestino Mutis como jefe de esta tarea.

Foto2: Diseño Nickole Naihaus



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