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Foto del escritorNickole Naihaus L

🧙🏻‍♀️🧟‍♀️Un cuento de Halloween🎃👻

Actualizado: 4 oct



Oigo unas cadenas arrastrarse por el apartamento seguidas de unos pasos, primero pienso que se oyen como un caballo galopando, pero creo que es la película del jinete sin cabeza que estaba viendo en la televisión, los pasos que oigo en mi casa son unos pasos cansados, cachán, cachán... Es el sonido típico de las películas de terror o de las historias de espantos, es como si un alma en pena estuviera recorriendo el piso y aunque mi parte racional se pregunta si será de nuevo Mauricio que llega a la madrugada, luego de una larga jornada de trabajo en el bar, el lado menos racional no puede evitar sentir un susto atroz. No logro reconocer si los pasos se acercan a mi cuarto, o al menos creo que estoy en mi cuarto, porque lo último que logro recordar es haberme quedado dormido en el sofá de la casa, viendo un maratón de películas terror.


Mientras intento despertarme y de esa manera agudizar mis sentidos, puedo escuchar además del sonido de las cadenas arrastrándose, un ruido de algo golpea contra la madera, suenan como puntillas, o ¿pueden ser clavos?, es algo puntudo que golpea con fuerza el piso y aunque trato de mantener la calma, recordar que soy un hombre de 38 años y que todo tiene una explicación lógica, me resulta casi imposible no entrar en pánico. Es en estos momentos en los que mi cerebro decide recordar a la anciana de la película La noche del demonio, aquella que poseía al padre del niño o era al niño, no recuerdo bien, pero mi cerebro si logra recordar que ella no tenía cadenas en las primeras escenas de la película, por lo cual puedo descartarla de plano; cachán, cachán... seguido de unos pasos pesados. Por más de que quiero creer que es Mauro, él siempre es respetuoso y trata de no hacer ruido al entrar, por lo que trato de pensar en una explicación coherente y racional, pero me es imposible encontrar alguna; ahora recuerdo el chirrido de los columpios de Freddy Krugger, pero de nuevo se impone la razón y me recuerda que en la casa no hay ni columpios y que tampoco se está oyendo el canto de niños, así que no es una pesadilla. Oigo los pasos acercarse o será alejarse, ya no sé muy bien para dónde van y por más de que trato de reunir el valor para abrir los ojos, el hecho de que es la noche de Halloween no me ayuda y menos luego de haber visto un maratón de películas de terror.


Me armo de valor y decido despertarme, por lo que lo primero que hago es estirarme en el mueble en el que me encuentro, además de comenzar a palpar la superficie donde estoy acostado para saber en qué parte de la casa estoy. Lo primero que reconozco al tacto es que no estoy en mi colchón, porque puedo sentir el borde de los cojines del sofá, lo que me indica que estoy en la sala, también puedo reconocer que estoy cubierto por una manta que no recuerdo haber traído conmigo. Reúno un poco de valor y llamo a ver si de casualidad es Mauricio:


- ¿¿Mauro sos vos?? ... - No recibo respuesta a mi pregunta. Ahora puedo reconocer que el alma que recorre mi piso cambia de dirección, porque los pasos que antes oía lentos y un tanto lejos, ahora suenan más rápido y en dirección a donde yo estoy. Con el corazón latiendo a mil, me siento en el sofá y me recrimino no haber salido con Mauricio a celebrar la fiesta de Halloween en su lugar de trabajo.


- Jose ¿seguro no quieres venir?, serán muy pocos y selectos los invitados.

- No tengo ni disfraz. - Le digo como excusa, la verdad es que no me apetece mucho salir de casa y menos en una noche donde medio mundo estará disfrazado.

- Te digo que va a ser una excelente fiesta, además... -Mauro se calla.

- ¿Además? - Le invito a seguir.

- Creo que después del desplante de Carolina, es hora de que dejes la pendejada y salgas al mundo. - El desplante del que habla Mauricio, es que hace algunos días le propuse matrimonio a mi exnovia, creo que es mi exnovia, porque luego de que le mostrara el anillo y le dijera que la quería como mi compañera para el resto de mis días, ella se petrificó y no supo que contestar, fue un momento muy incomodo, sobra decir que al ver su reacción, no pude hacer otra cosa que ponerme de pie, guiarla al carro, llevarla a casa y dar por terminada la relación. Ahora que lo pienso no me quedé con el anillo.

- Creo que prefiero la compañía de Annabelle, al menos ya sé que esperar de ella.


Oigo que se cae algo con fuerza, lo que me trae al presente y pienso que quien está en el apartamento es la muñeca diabólica que viene a por mí, me regaño por majadero y decido ser un verdadero héroe y enfrentar lo que sea que está en el apartamento. Abro los ojos para ver a la niña de Annabelle transformarse en el espíritu ese que ataca a la mamá de la bebé... en la pantalla de mi televisor. Me levanto del sofá, me acerco al interruptor para prender la luz y justo en el momento en que enciendo las luces de la sala y veo hacia la puerta, mi mirada se encuentra con una imagen realmente aterradora, grito del susto y comienzo a rezar en mi cabeza invocando a todos los santos que recuerdo.



- Padre nuestro... -Aunque me cuesta creerlo es la misma Annabelle, con algo que cuelga de su mano, creo que es un cuchillo. Corro al sofá para buscar mis gafas, me demoro un poco por lo que puedo oír a la muñeca diabólica acercarse a mi lado. En ese momento encuentro las gafas y puedo ver con claridad la presencia diabólica que ha entrado a mi hogar.

- ¿Cómo es posible que me hayas dejado en mi casa?, no me diste tiempo de asimilar lo que estaba pasando, ¿cómo pudiste dejarme en la portería sin preguntar...? -De hecho si es la muñeca diabólica, mejor dicho es mi exnovia disfrazada de Annabelle.

- ¿Disculpa? -Le pregunto algo perdido, primero por verla en mi casa luego de unos días y segundo por el susto.

- Carolina quiere saber porque no le preguntaste cuál era la respuesta a la pregunta de si quería casarse, contigo por supuesto. -Me dice Mauricio, mientras deja un bate en el marco de la puerta y entra a la cocina.

- ¿Estabas en casa? -Le pregunto entre dientes.

- Llegué hace rato, de hecho fui yo quien te puso la manta. -Me dice mientras prende la cafetera y luego de unos momentos, oigo como sirve algo.

- Podrías haber contestado cuando pregunte si eras tú. -Le grito a Mauricio desde la sala.

- Me estaba reponiendo del susto tan hijueputa que me pegó Carolina. -Dice saliendo con tres tazas de café.

- No era mi intensión asustarlos. -Dice en un tono arrepentido, cuando ve que nos ha pegado un susto de mil demonios y luego recibe la taza que Mauricio le ofrece.

- Perdona y me siento. -Le digo, mientras me siento en el sofá y tomo la taza que Mauricio me brinda antes de sentarse a mi lado.

- ¿No te vas? -Le pregunta Carolina.

- No veo porqué, es mí casa a la que has entrado sin ser invitada, ha sido a mi mejor amigo a quien le has roto el corazón y ha sido a nosotros a los que nos has pegado un susto triplehijue..

- Ya entendimos. -Le interrumpo.

- Me gustaría un poco de privacidad para hablar con mi prometido. -Dice Carolina mirándome.

- ¿Ahora es tu prometido? -Dice Mauricio insolente.

- A mí me habría gustado que dijeras sí cuando te pregunte si querías ser mi esposa, así que podemos concluir que no siempre podemos tener lo que queremos. -Le digo respaldando a mi mejor amigo, consiente de que es un poco grosero pero no por eso menos cierto.

- Me tomaste por sorpresa, primero porque siempre dijiste que no creías en el matrimonio.

-Cosa que es cierta.

- Obvio quiero casarme contigo. -Me dice mostrándome el anillo en su dedo.

- No deberías haberle dicho esto hace como ...

- Idiota tenía que viajar al día siguiente para ver a mi mamá. -Quien no sobra mencionar estaba siendo dada de alta luego de un procedimiento quirúrgico.

- Disculpa, ¿cómo está? -Le pregunta Mauricio.

- Mucho mejor, muchas gracias por preguntar...

- ¿Querías casarte conmigo? -Les digo enfocando la conversación en lo que realmente me preocupa, el estado de salud de la mamá de Carolina lo tengo claro, porque la llame anoche para saber como estaba y para ponerme a sus órdenes, la señora siempre ha sido una mujer admirable y siempre me ha tratado como a un hijo.

- Quiero casarme contigo, si me hubieras dado un poco de tiempo te lo habría dicho ese mismo día, pero cuando me recuperé del impacto ...-No la dejo terminar, la verdad es que no necesito oír más, la beso apasionadamente por un rato, hasta que oigo un carraspeo a mi espalda.

- Perdón, antes de que continúen en el cuarto de Jose lo que comenzaron, puedes sacarme de una duda, bueno varias. -Dice Mauro.

- ¿Por que no llame o vine antes? -Dice apresuradamente Carolina.

- Eso me importa realmente poco, quiero saber ¿por que vienes disfrazada de Annabelle?, ¿qué estabas arrastrando como un alma en pena? y ¿qué fue lo que se te cayó? -Todas preguntas muy razonables.

- Uno, porque pensé que Jose iba a ir contigo a la fiesta de Halloween y quería darle una sorpresa.

- Te juro que nos la diste. -Dice Mauro.

- Dos la cadena de mi bolso y tres fue justo el bolso el que se cayó. -Dice señalando a la puerta donde se puede ver el bolso lleno de los dulces favoritos de los dos, de Mauro y míos. Cuando veo que Mauro va hacerle otra pregunta, cojo en brazos a Carolina para llevarla a mi cuarto.

- Creo que cualquier pregunta adicional te la puede contestar en unas horas...ahora como diría Mary Shelley: Ten cuidado; pues no conozco el miedo y soy, por tanto, poderoso....


Fin.


Nickinaihaus


Nickole Naihaus


Nickole Naihans




P.D. Quiero aclarar que es una historia de ficción producto de la creatividad mía, no pretende otra cosa que entretener al lector.





Nickinaihaus

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2 Comments


juanpacruz1997
Feb 27, 2021

Buena historia.

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roquegabriele
Feb 26, 2021

Me gusto, divertido y me hizo reir!

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